La Palabra de Dios dice: “El hombre natural no percibe las cosas que son de Dios, porque para el son locura”. (1 Corintios 2:14-15). Cuando la persona, no tiene un encuentro con Dios, sigue siendo un hombre natural. A causa de esto cuando se habla de ofrenda y de sacrificio para muchas personas esto es una locura. Para poder entender el sentido del sacrificio es necesario nacer de nuevo.Obispo Paulo Roberto
Infelizmente son muchas las personas que piensan que porque ya han sacrificado antes para Dios, y han conquistado lo que hoy tienen ya no es necesario sacrificar más para Dios. Podemos imaginar si Abraham, hubiera pensado así. Desde el primer momento que Dios llamó a Abraham lo llamó para sacrificar y en uno de esos sacrificios, Dios le pidio lo que más amaba. Abraham que era un hombre espiritual, de fe, el no cuestionó a Dios, diciéndole que su hijo Isaac era lo único que tenía. Abraham se dispuso a sacrificar lo que más amaba, porque Abraham obedecía la voz de Dios. Lo que Abraham hizo en aquella ocasión era instituible, él no tenía otro hijo, su único hijo era Isaac. Pero Abraham tenía fe y creía que Dios tenía el poder hasta para resucitar a su hijo. Estuvo a punto de sacrificarlo, cuando en aquel momento Dios le dijo: “Abraham no toques en tu hijo, porque ahora reconozco que temes a Dios…”. Abraham nunca retrocedió y a causa de esto él nunca fracasó.
El sacrificio fue trazado por el propio Dios para que pudiéramos conquistar sus grandezas, sus bendiciones, hasta el propio Señor Jesús tuvo que hacer su sacrificio. Dios probo su amor hacia la humanidad dando a su único Hijo en sacrificio. Nuestra vida depende de nuestra ofrenda, sacrificio, entrega y renuncia. Cuando Jesús anunció a sus discípulos que era necesario ir a Jerusalén y padecer, en aquel momento Pedro que era uno de sus apóstoles, aún siendo un hombre natural, fue usado por Satanás y le dijo que tuviera compasión de Él mismo. (Mateo 16:21-22). El Señor Jesús siendo espiritual detectó inmediatamente que aquella palabra no era de Pedro sino del propio Satanás para impedirle sacrificar. En aquel momento Jesús reprendió la voz del diablo en aquella palabra de duda. Y le dijo a Satanás que se quitara delante de Él. (Mateo 16:23). Cuando la persona es carnal o natural su mirada está en las cosas de los hombres, pero cuando ella es espiritual ella mira para las cosas de Dios.
El Señor Jesús sabía que su dolor sería grande, pues estaba dando su propia vida. El Señor Jesús sabía que era necesario el sacrificio, Él no podía retroceder, era el único camino para que pudiera rescatar a la humanidad de las garras de Satanás, y así de esta manera que la humanidad obtuviera la salvación. Cuando usted sacrifica, Dios tiene que obrar, manifestarse y darle la victoria. Siempre uno recibe de Dios mucho más de lo que uno sacrifica para Él. Pero Dios sólo hara cuando nosotros actuemos o manifestemos la fe. Pero en cada uno de nosotros está la decisión. Cuando la persona da todo de sí para Dios, se da por completo, Dios también da todo de Él para la persona.
Y usted ¿cuál es la voz que va a escuchar? La voz de Dios o la voz del diablo; la voz de la fe o la voz de la duda. Su futuro está en sus manos, pero todo va a depender de su fe, de su renuncia y de su sacrificio. Dios los bendiga.
Infelizmente son muchas las personas que piensan que porque ya han sacrificado antes para Dios, y han conquistado lo que hoy tienen ya no es necesario sacrificar más para Dios. Podemos imaginar si Abraham, hubiera pensado así. Desde el primer momento que Dios llamó a Abraham lo llamó para sacrificar y en uno de esos sacrificios, Dios le pidio lo que más amaba. Abraham que era un hombre espiritual, de fe, el no cuestionó a Dios, diciéndole que su hijo Isaac era lo único que tenía. Abraham se dispuso a sacrificar lo que más amaba, porque Abraham obedecía la voz de Dios. Lo que Abraham hizo en aquella ocasión era instituible, él no tenía otro hijo, su único hijo era Isaac. Pero Abraham tenía fe y creía que Dios tenía el poder hasta para resucitar a su hijo. Estuvo a punto de sacrificarlo, cuando en aquel momento Dios le dijo: “Abraham no toques en tu hijo, porque ahora reconozco que temes a Dios…”. Abraham nunca retrocedió y a causa de esto él nunca fracasó.
El sacrificio fue trazado por el propio Dios para que pudiéramos conquistar sus grandezas, sus bendiciones, hasta el propio Señor Jesús tuvo que hacer su sacrificio. Dios probo su amor hacia la humanidad dando a su único Hijo en sacrificio. Nuestra vida depende de nuestra ofrenda, sacrificio, entrega y renuncia. Cuando Jesús anunció a sus discípulos que era necesario ir a Jerusalén y padecer, en aquel momento Pedro que era uno de sus apóstoles, aún siendo un hombre natural, fue usado por Satanás y le dijo que tuviera compasión de Él mismo. (Mateo 16:21-22). El Señor Jesús siendo espiritual detectó inmediatamente que aquella palabra no era de Pedro sino del propio Satanás para impedirle sacrificar. En aquel momento Jesús reprendió la voz del diablo en aquella palabra de duda. Y le dijo a Satanás que se quitara delante de Él. (Mateo 16:23). Cuando la persona es carnal o natural su mirada está en las cosas de los hombres, pero cuando ella es espiritual ella mira para las cosas de Dios.
El Señor Jesús sabía que su dolor sería grande, pues estaba dando su propia vida. El Señor Jesús sabía que era necesario el sacrificio, Él no podía retroceder, era el único camino para que pudiera rescatar a la humanidad de las garras de Satanás, y así de esta manera que la humanidad obtuviera la salvación. Cuando usted sacrifica, Dios tiene que obrar, manifestarse y darle la victoria. Siempre uno recibe de Dios mucho más de lo que uno sacrifica para Él. Pero Dios sólo hara cuando nosotros actuemos o manifestemos la fe. Pero en cada uno de nosotros está la decisión. Cuando la persona da todo de sí para Dios, se da por completo, Dios también da todo de Él para la persona.
Y usted ¿cuál es la voz que va a escuchar? La voz de Dios o la voz del diablo; la voz de la fe o la voz de la duda. Su futuro está en sus manos, pero todo va a depender de su fe, de su renuncia y de su sacrificio. Dios los bendiga.
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