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15/1/10

¡ El valor de un voto con Dios !



Jacob quería la bendición de Abraham y de su padre Isaac, por lo que él no procedió de buena manera para obtenerla, ya que engañó a su padre. Isaac estaba muy viejo, ya no veía y antes de morir iba a bendecir a su hijo Esaú, que era el primogénito. Por ser el mayor él tenía el derecho a la bendición, pero Jacob se anticipó antes que Esaú llegara e Isaac lo bendijo pensando que era Esaú, de esta manera defraudó tanto a su padre como a su hermano.
Las bendiciones no se conquistan con engaños, ellas se conquistan a través de la obediencia a la Palabra de Dios, de la sumisión y de la fidelidad a Dios. Esto trajo malas consecuencias para Jacob, por lo que tuvo que huir, su hermano quedo indignado al enterarse y quiso matarlo. Jacob tuvo que huir de sus tierras. Y apenas tomó una botella de aceite (en aquella época el aceite tenía un gran valor) Huyó para las tierras de Labán, pero cansado del viaje, él paró en Betel, ahí agarro una piedra, la puso como cabecera, se acostó y durmió. Jacob tuvo un sueño donde Dios le dio una visión grande e importante. (Génesis 27 y 28).
¿Qué era lo que Dios le estaba mostrando a Jacob? Que por más que hayamos pecado y cometido errores, siempre hay una oportunidad con Dios. Cuando existe un arrepentimiento de los pecados cometidos, de los errores y uno se vuelve a Dios de todo corazón, Él siempre está dispuesto a darnos una oportunidad.
Cuando Jacob despertó de aquel sueño se quedo maravillado, tuvo miedo incluso. Jacob en aquel momento se aferró con todas sus fuerzas a la oportunidad que Dios le estaba dando. “E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, El Señor será mi Dios. esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti”. (Génesis 28:20-22).
Jacob hizo un voto con Dios de hacer las cosas correctas, de hacer las cosas según la Palabra de Dios. Cuando Jacob hizo aquel voto con Dios, el rumbo de su vida cambió, fue a las tierras de Labán a vivir allí, y ahí trabajo. Las cosas no fueron fáciles, él tuvo que luchar, que trabajar y también fue engañado por Labán. Todo lo que había sembrado Jacob, él cosechó, esto es, Dios nos da a todos la oportunidad de arrepentirnos de nuestros pecados y volvernos a Él, para que Él cambie nuestra vida. Pero lo que cada uno siembra, uno cosecha, es inevitable.
Jacob también fue engañado por Labán, el tuvo que trabajar 14 años por la mujer que quería, aunque le habían dicho que solo trabajaría 7 años. Aún así Jacob siguio firme y Dios lo bendijo y lo prospero.
Llego un momento en que Jacob tomó la decisión de independizarse, pero Labán le rogó que se quedara, ya que reconocía que Dios lo había bendecido por su causa y que Dios estaba con él. Jacob trabajo más 6 años en la tierra de Labán y prospero mucho, se enriqueció, se convirtió más rico que su propio Jefe. Así como aconteció con Jacob, Dios también puede obrar en su vida. Dios prospero y bendijo a Jacob, Dios quiere hacer lo mismo con usted. Si usted quiere empezar una nueva vida, quiere cambiar su historia, esto solo depende de usted. Porque para vivir este cambio la decisión tiene que ser vivir en completa dependencia y fidelidad a Dios. Dios los bendiga. Participe de un servicio especial cada domingo a las 9:30 a. m.

Obispo Paulo Roberto

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